miércoles, 18 de noviembre de 2009

LADO B

“TODOS LOS MÍOS LOGRARÁN DE MIS RIQUEZAS.
Y los tuyos estarán como los veo, pobres en el mundo”

-Lucifer (1).


Botellas de ron, cuchillos, crucifijos, mujeres, dados y donas. Los motivos presentados en los cuadros de Daniel Serrano coinciden con el imaginario publicitario para el hombre de hoy.

Sobre una mesa, la cama, en un cuadro o sobre la pared, estos elementos cotidianos exhiben principalmente su carga simbólica, lo que se acentúa con la utilización de la línea (algo similar a lo que pasa en el tatuaje). La acumulación y sedimentación de estos iconos construyen un escenario devocional similar al de la animita o del altar popular. De este modo, mediante la representación grafica de objetos tan diversos como las torres de monedas y los diamantes, los dados felpudos, los tenedores y los crucifijos, Daniel Serrano genera un espacio movido por el deseo y el uso, la acumulación y el desecho, la ofrenda y la súplica. Hasta en la baratija más bastarda con la frase I <3 NY se encierra esta dualidad entre el desecho y la promesa.

El sujeto, el fiel, el oficiante, el deseante, devoto, usuario o consumidor esta en el centro de la composición, él es el que activa la mesa, puesto que cada elemento no solo se encuentra presentado como tal, sino que estos han sido puestos o utilizados, están clavados con cuchillos o enganchados, amarrados con alambres de púas. De este modo, Daniel Serrano construye un espacio donde se desarrolla el culto, en el cual se acorta la distancia entre lo divino y lo profano porque es donde se vive el rito. Un escenario de la religiosidad popular.

Mientras que el bodegón es comúnmente utilizado en las escuelas de arte para enseñar a pintar, es en los cuadros de mujeres desnudas y parajes californianos, y no en las vanitas profanas donde Daniel Serrano suele aplicar estas técnicas pictóricas. Este contraste, por una parte, enfatiza la materialidad del cuadro como objeto, como producto, y por otra, presenta el desnudo femenino y el paisaje con la distancia propia de su distribución magazinesca, o con cierta neutralidad decorativa. Cuando estos motivos se encuentran en el contexto de las acumulaciones de culto, aparecen marcados por el humo y la humedad, como activados también en su uso cotidiano. La coexistencia de esta oposición en lo formal viene a evidenciar dos dinámicas específicas de mestizaje.

Mediante la cita explicita, Daniel Serrano, hace una alusión directa al arte colonial y al imaginario tradicional norteamericano. En ambos casos se trata de una importación de imaginario y a la vez de una colonización. La inadecuación evidente del sueño americano transplantado a nuestras tierras es similar a la adaptación del catecismo. Puesto que, finalmente, en ambos casos el adoctrinamiento es exitoso aunque incompleto, la brecha que hay que salvar en la adaptación se llena con el intento de acercar el objeto de deseo. El rito viene a subsanar la evidente distancia entre el camino que se ofrece y la realidad que se vive.

El cuadro, la pintura, es la fuente de las riquezas del artista. El espacio donde la moral actual, es decir, el buen camino de los bienes y placeres terrenales, se invoca, vive y representa.
Omar Cuevas.

1)En el cuadro LAS TENTACIONES, atribuido al Taller de los Hermanos Cabrera, Quito. Siglo XIX. Tomado del catalogo de la exposición Chile Mestizo.

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